Los olmecas fueron los primeros en construir centros ceremoniales como La Venta, en Tabasco; Tres Zapotes y San Lorenzo, en Veracruz. La región de la selva húmeda era muy favorable para la agricultura; las lluvias abundantes y las crecientes de ríos fertilizaban la tierra. Los ríos al desbordarse, fertilizaban sus riberas con limo, por lo que las siembras daban excelentes cosechas. Además, el mar les ofrecía peces y mariscos, y si esto fuera poco, las selvas aledañas una caza variada.
En ese lugar abundaban: monos, tlacuaches, jabalíes, iguanas, faisanes, guajolotes, venados, jaguares y muchos animales más. Los olmecas consideraban al jaguar una criatura sagrada y lo relacionaban con el mundo oscuro, frío, nocturno y húmedo de la tierra. Asimismo, lo asociaban con las cuevas y el ejercicio del poder. El jaguar era la principal figura religiosa, lo veneraban porque para ellos representaba los misterios y peligros de la selva, así como la fuerza para vencer los obstáculos de vivir en ella.
Los olmecas, o "habitantes del país del hule", formaron la primera gran cultura mesoamericana y alcanzaron un gran desarrollo; llevaban y traían diferentes mercancías para intercambiar, entre ellas el hule de Tabasco y Veracruz. A partir del comercio y las expediciones, muchos avances de los olmecas se extendieron por toda Mesoamérica, en lugares apartados como Guerrero, el Valle de México, Oaxaca y la zona maya. Al pasar por otras comunidades, enseñaban lo que ellos sabían, por lo que se le reconoce como "Cultura Madre", pues las demás basaron parte de su desarrollo en ella.
Gracias a los ríos de su área geográfica los olmecas desplazaron sus productos con facilidad. Las enormes piedras que utilizaron para sus esculturas y edificios eran deslizadas sobre balsas por medio de las corrientes. Los olmecas desarrollaron una relación comercial muy estrecha con el valle de Oaxaca, la cual fortaleció a las elites zapotecas y facilitó el desarrollo de Monte Albán.
Los olmecas fueron agricultores, comerciantes, artistas y grandes constructores. Trabajaron el barro y la piedra. Tallaban desde pequeñas figuras de jade hasta enormes cabezas de piedra, de más de dos metros de altura, esculpidas en rocas que traían de muy lejos. El ajuar doméstico incluía vasijas de cerámica, metates de piedra, petates, canastos y telas para vestir, elaboradas con hilos de algodón o de fibras ásperas como las de la lechuguilla o la yuca.
La población vivía en aldeas en torno al centro ceremonial dentro del cual residían los sacerdotes y gobernantes con sus familias. Los monumentos olmecas son impresionantes. Los olmecas crearon los principios de un urbanismo ceremonial, iniciaron el desarrollo del calendario con los conocimientos astronómicos que lo fundamentan y establecieron una escritura figurativa. Se piensa que ellos iniciaron los conocimientos de la numeración, del calendario y de la escritura, como se observa en varios de sus monumentos y esculturas.
La población vivía en aldeas en torno al centro ceremonial dentro del cual residían los sacerdotes y gobernantes con sus familias. Los monumentos olmecas son impresionantes. Los olmecas crearon los principios de un urbanismo ceremonial, iniciaron el desarrollo del calendario con los conocimientos astronómicos que lo fundamentan y establecieron una escritura figurativa. Se piensa que ellos iniciaron los conocimientos de la numeración, del calendario y de la escritura, como se observa en varios de sus monumentos y esculturas.
La sociedad estaba compuesta por distintos grupos; mientras unos cultivaban, otros gobernaban u organizaban ritos para el culto a los dioses. Las necesidades de aquella sociedad estratificada hicieron necesario que algunos administraran la producción, impulsaran el comercio y dirigieran las obras monumentales. Los individuos que dirigían los servicios religiosos conjugaban asimismo el poder político pues poseían conocimientos esenciales sobre el calendario y el momento preciso de la siembra.
Entre los años 500 y 400 a.C., los olmecas tuvieron dificultades y del año 300 a.C. al 200 d.C. su cultura se desintegró; esto llevó a la transformación de algunos lugares y a la constitución de otros con las nuevas culturas que se estaban formando. En los valles de Oaxaca y México empezaron a destacar villas que más tarde dieron origen a centros urbanos importantes.